La decisión de Selick de optar por la animación resultó ser acertada, ya que Coraline se convirtió rápidamente en un éxito comercial y de crítica, alabado por su estilo visual único. El enfoque de stop-motion permitió una mayor libertad creativa, aportando color e imaginación al espeluznante pero inolvidable mundo de la Otra Madre y el Otro Mundo. De hecho, se podría argumentar que la calidad surrealista de la situación de Coraline sólo se acentúa a través de las animaciones, haciendo más difícil para los espectadores distinguir entre la realidad y la pesadilla. En definitiva, Coraline estaba destinada a ser animada, una elección que contribuye a elevarla como uno de los mejores cuentos de hadas modernos.
No es de extrañar que el impresionante estilo visual de Coraline esté muy influenciado por el arte y la cultura japoneses. El director Henry Selick buscó el trabajo del artista gráfico afincado en Tokio Tadahiro Uesugi, invitándole a participar en la película como artista conceptual. Los diseños de Uesugi pueden verse en todo, desde las proporciones exageradas de los personajes hasta los ricos colores utilizados en toda la película. Pero las influencias japonesas de Coraline van más allá de su aspecto visual. Los temas de enfrentarse al miedo y superar la adversidad son comunes en el folclore japonés, y pueden verse en el viaje de Coraline cuando se enfrenta valientemente a la Otra Madre. Desde su arte hasta su historia, está claro que Coraline no sería lo mismo sin su clara infusión de influencias japonesas.
Aunque el ritmo y la duración pueden ser factores discutibles en el éxito de una película, no se puede negar la dedicación y el duro trabajo que conlleva la producción de una animación en stop motion como Coraline. Como puede atestiguar cualquiera que haya trabajado con arcilla o marionetas, el stop motion no es como la animación tradicional: implica una cuidadosa planificación y precisión en cada movimiento, lo que hace que incluso las escenas más cortas sean un intenso trabajo de amor. En el caso de Coraline, todo este duro trabajo dio sus frutos, ya que la película recibió numerosas nominaciones a premios y ahora se considera un clásico moderno. La próxima vez que veas Coraline, tómate un momento para apreciar el largo proceso de producción que hay detrás de esos fotogramas tan cuidadosamente elaborados. Cada segundo ha merecido realmente semanas de esfuerzo.
Como fan de la animación en stop motion, era consciente de que el medio es complejo y requiere mucho trabajo. Sin embargo, me quedé sorprendida cuando supe cuánto trabajo conlleva la creación de las propias marionetas. El proceso incluye moldear, esculpir y ensamblar múltiples versiones de cada personaje, ¡y eso incluso antes de empezar a rodar! En Coraline, sólo el personaje titular necesitó veintiocho marionetas diferentes. Y cada marioneta requirió al menos treinta artistas y de tres a seis meses de trabajo. Es realmente asombroso y un testimonio del nivel de dedicación y habilidad que requiere esta forma de arte única. Ver una película en stop motion como Coraline no es sólo visualmente impresionante: es una verdadera proeza artística.
La película en stop motion de 2009 "Coraline" es una historia oscura y espeluznante que cautivó al público con sus impresionantes efectos visuales y su fascinante historia. Pero entre bastidores, hubo un enorme esfuerzo para dar vida a los personajes a través de sus expresiones. A cada personaje se le hicieron miles de caras diferentes, y la propia Coraline tuvo 6.000 caras individuales creadas sólo para ella. Para que los animadores tuvieran suficientes opciones para cada escena, tuvieron que planificar con antelación y anticipar cada posible expresión o movimiento facial. La destreza y la planificación necesarias para dar vida a estos pequeños rostros hacen de "Coraline" una obra maestra de la animación en stop motion.
Como saben los fans de Coraline, todos los aspectos de la película son impresionantes y están meticulosamente elaborados. Esto incluye la propia ropa que llevan los personajes. ¿Cómo se crearon estos pequeños jerséis y mitones? La respuesta la tiene Althea Crome, una pionera del microtejido que tardó seis semanas en tejer a mano cada pequeño guante, utilizando agujas del grosor de un cabello humano. La atención de Crome a los detalles aporta una capa adicional de encanto y realismo al mundo ya fantástico de Coraline. Está claro que no se pasó por alto ningún detalle en la realización de esta película clásica.
La inclusión de Wybie en la adaptación cinematográfica de "Coraline" cumple dos importantes objetivos. No sólo proporciona un alivio cómico, sino que también actúa como encarnación física de la realidad exterior. En la novela, su personaje sólo se menciona, pero desempeña un papel más importante en la historia de la película. Sirve como recordatorio de que lo que Coraline experimenta no está todo en su cabeza, añadiendo una capa de credibilidad a su viaje y aventura. Algunos pueden amarlo u odiarlo, pero su presencia es necesaria para el impacto general y la cohesión de la trama de la película.
En el mundo de Coraline, parece que el Padre de la Patria ha sido sustituido nada menos que por el Sr. Bobinsky, el domador de ratones del circo. Su cara aparece ahora en billetes de un dólar, y su característico uniforme militar azul con botones dorados puede verse colgado en el pasillo de Coraline. De hecho, cuando una enfadada señorita Forcible intenta sobornar a Coraline con un billete de un dólar para que se olvide de pasar por la puerta pequeña, menciona al "padre de la nación" Está claro que Bobinsky ocupa un lugar central en este universo alternativo y ha ocupado el lugar de Washington como figura icónica. Pero aunque a primera vista parezca alegre e inofensivo, los verdaderos motivos del Sr. Bobinsky son todo menos honorables, lo que le convierte en un sustituto poco digno de George Washington. Al final, Coraline opta por ignorar el soborno de la señorita Forcible y mantenerse fiel a sí misma, igual que nuestros padres fundadores buscaron la independencia del dominio británico. En el mundo real, siempre tendremos a George Washington a quien admirar, pero es divertido imaginar lo que podría ocurrir si otra persona ocupara su lugar en otro universo. Quién sabe, quizá pongan a Meryl Streep en el billete de diez dólares en una realidad alternativa Las posibilidades son infinitas.
La oscura y extravagante película de stop-motion Coraline es conocida por sus inquietantes imágenes y su escalofriante historia, pero también cuenta con una banda sonora única. El grupo indie They Might be Giants estaba previsto que compusiera toda la música de la película, pero el director Henry Selick decidió finalmente que sus canciones no encajarían con el tono final de la película. Sin embargo, una composición del grupo, llamada "Other Father Song", tuvo cabida en la película final. Y aunque el resto de su trabajo fue finalmente eliminado de Coraline, desde entonces lo han publicado en un álbum independiente llamado Coraline: The Lost Songs. Los fans de TMBG y de Coraline pueden ahora disfrutar de estas espeluznantes canciones que estaban pensadas para la gran pantalla, pero que no llegaron a ser seleccionadas. A pesar de su propósito original, estas canciones perdidas ofrecen un añadido único al espeluznante encanto de esta querida película.
Aunque haya más marionetas disponibles en futuras subastas, no es probable que sean baratas. El valor real de una marioneta de Coraline no sólo reside en su valor material, sino también en su artesanía, su rareza y la experiencia mágica que supuso para el público y los fans. Así que, para quienes busquen una Coraline para su colección, quizá sea mejor centrarse en encontrar una preciada pieza de merchandising o una rara pieza de arte conceptual. O bien, canaliza tu amor por la película para apoyar a organizaciones como El Arte de Elysium, que llevan la creatividad y la inspiración a comunidades desfavorecidas. De este modo, todo el mundo puede beneficiarse de la imaginación y el talento que se emplearon para crear el querido personaje de Coraline.