Amado Carrillo, figura destacada de la historia del crimen organizado en México, fue un poderoso traficante de cocaína y líder del cártel de Juárez. Se ganó el siniestro apodo de "El Señor de los Cielos" porque utilizaba una flota de aviones para transportar sus cargamentos de droga por todo México y más allá del país. Aunque misteriosas circunstancias enturbiaron la causa oficial de la muerte de Carrillo, se sabe que falleció el 4 de junio de 1997 mientras se sometía a cirugía plástica para modificar su aspecto. Tanto en vida como en muerte, siguió siendo una figura enigmática pero importante entre los narcotraficantes, y las autoridades calculan que su imperio había amasado un total de 25.000 millones de dólares antes de su fallecimiento.
Amado Carrillo saltó a la infamia gracias a su bien construida empresa de tráfico de drogas. A finales de los 80 y principios de los 90, cargueros ilegales transportaron cantidades considerables de estupefacientes como marihuana, cocaína y opiáceos a EEUU desde México. Sin embargo, fue su apodo de "El Señor de los Cielos" lo que realmente le situó en una liga propia. Tenía una flota de aviones Boeing biturbina de 68 plazas y aviones tipo Caravelley, ¡cada uno capaz de transportar hasta seis toneladas de droga en un solo vuelo! No es de extrañar que se ganara tal título: ¡debía de ser un espectáculo impresionante ver todos esos aviones volando por el cielo repletos de mercancías ilícitas!
Amado Carrillo Fuentes era un famoso narcotraficante que, a finales de los años ochenta, abandonó su hogar en Ojinaga y se trasladó a Ciudad Juárez. Adoptando el alias de "El Señor de los Cielos", se hizo con el anonimato total mientras construía gradualmente un cártel cada vez más rentable, con unos ingresos que la DEA estimaba en hasta 200 millones de dólares semanales. No sólo aumentó considerablemente el tráfico de cocaína, sino que también se diversificó y traficó con heroína. Su atrevida personalidad le granjeó la admiración de las masas del hampa y también cierta notoriedad entre los ciudadanos de a pie. Finalmente, su imperio se disolvió tras su muerte, aunque su influencia perdura, dejando un oscuro legado político que sigue teniendo repercusiones hoy en día.
Se le conocía como El Señor de Los Cielos, pero para el gobierno estadounidense Amado Carrillo era una fuerza importante en las operaciones de narcotráfico entre México y Colombia a principios de la década de 1990. Como líder del cártel de Juárez, se calcula que Carrillo manejaba un asombroso 60 por ciento de toda la cocaína colombiana que entraba en Estados Unidos a través de México, lo que hacía a su organización responsable de cuatro veces más envíos que sus competidores juntos. Su estilo único de dirigir una operación geográficamente dispersa le ayudó a convertirse en uno de los capos de la droga con más éxito del mundo, hasta que la tragedia acabó con su liderazgo en 1997.
Se le conocía como El Señor de Los Cielos, pero para el gobierno estadounidense Amado Carrillo era una fuerza importante en las operaciones de narcotráfico entre México y Colombia a principios de la década de 1990. Como líder del cártel de Juárez, se calcula que Carrillo manejaba un asombroso 60 por ciento de toda la cocaína colombiana que entraba en Estados Unidos a través de México, lo que hacía a su organización responsable de cuatro veces más envíos que sus competidores juntos. Su estilo único de dirigir una operación geográficamente dispersa le ayudó a convertirse en uno de los capos de la droga con más éxito del mundo, hasta que la tragedia acabó con su liderazgo en 1997.
Apodado "El Señor de los Cielos", Amado Carrillo fue un capo de la droga mexicano que gobernó el cártel de Juárez en los años 90. Hizo su fortuna enviando toneladas de cocaína colombiana en múltiples aviones a distintos destinos de EEUU y Europa. La DEA y la revista Forbes afirman que, a lo largo de sus 17 años de carrera como narcotraficante, consiguió amasar un imperio empresarial y propiedades por valor de unos 25.000 millones de dólares. Aunque su vida tuvo un final abrupto al morir durante una operación de cirugía plástica en 1997, algunos mexicanos lo consideran un héroe. Se le recuerda por ser un hombre generoso que creó numerosas escuelas y orfanatos por todo México.