Un protagonista que desafía las expectativas tradicionales
Eren Yeager comienza su viaje como un joven impulsado por el deseo de venganza y libertad tras presenciar la muerte de su madre a manos de un Titán. Sin embargo, su evolución lo convierte en uno de los personajes más complejos de la historia del anime.
A medida que avanza la trama, Eren pierde su humanidad poco a poco. La revelación de los secretos ocultos en el sótano de su hogar y su visión del futuro al besar la mano de Historia lo llevan a un camino de desesperación y determinación implacable.
Su decisión de activar el Rumbling, liberando a los Titanes Colosales para destruir el mundo más allá de Paradis, plantea una pregunta central: ¿Es Eren un héroe que intenta salvar a su pueblo o un villano dispuesto a cometer genocidio para lograr sus objetivos?
"Odio este mundo. Odio a las personas en él. Pero… nunca dejaré de luchar. Nunca me detendré hasta destruir este mundo que me lo quitó todo." — Eren Yeager
Comprendiendo al "enemigo"
Cuando se introduce la perspectiva de Marley, personajes como Falco y Gabi nos muestran que el odio hacia los eldianos está profundamente arraigado en una historia de sufrimiento y miedo. Aunque inicialmente parecen antagonistas, sus motivaciones y miedos son tan humanos como los de Eren y sus amigos.
Gabi, en particular, sirve como un espejo de Eren. Su lealtad hacia su pueblo y su disposición para luchar por Marley reflejan el mismo fervor que Eren mostró en sus primeros días como soldado.
"¡No me importan las personas de Paradis! ¡Solo quiero proteger a Marley y a todos los que amo!" — Gabi Braun
Esta dualidad nos obliga a cuestionar qué lado tiene razón, ya que ambas perspectivas están impulsadas por el miedo, el sufrimiento y el deseo de proteger a sus seres queridos.
Personajes complejos y moralmente ambiguos
Uno de los mayores logros de Attack on Titan es su representación de personajes heroicos que no son moralmente perfectos. Reiner, Annie y Bertholdt, inicialmente presentados como aliados confiables, resultan ser traidores con sus propias motivaciones y culpas.
Armin, el estratega del grupo, también enfrenta dilemas morales al heredar el poder del Titán Colosal, tomando decisiones cuestionables por el "bien mayor". Por otro lado, Mikasa, la fiel amiga de Eren, se ve obligada a tomar una decisión desgarradora al final de la serie para salvar a la humanidad.
"La verdad es que el mundo es un ciclo interminable de dolor y sufrimiento, y todos tenemos un papel que desempeñar en él." — Reiner Braun
Estas complejidades reflejan una realidad incómoda: en tiempos de guerra, las líneas entre héroes y villanos no son claras, y las decisiones más difíciles a menudo recaen sobre los hombros de aquellos que menos las desean.
El impacto generacional del conflicto
Attack on Titan no solo explora la moralidad individual, sino también el impacto generacional del odio y el ciclo interminable de violencia. Tanto Marley como Paradis son prisioneros de una historia de opresión, venganza y miedo.
La serie deja claro que no hay soluciones fáciles para los conflictos arraigados en siglos de dolor. Cada decisión tiene consecuencias devastadoras, y cada victoria viene acompañada de un alto precio.
La redefinición de los arquetipos tradicionales
Hajime Isayama ha revolucionado el género al romper con las narrativas tradicionales de héroes y villanos. En Attack on Titan, no hay protagonistas intachables ni antagonistas completamente malvados. Solo hay humanos, cada uno con sus propios traumas, miedos y esperanzas.
Al final, la serie deja una lección poderosa: en un mundo gobernado por el odio y el sufrimiento, la verdadera lucha no es contra un enemigo externo, sino contra los ciclos de violencia que perpetuamos una y otra vez.
"En esta historia de guerra, no hay verdaderos héroes ni villanos, solo humanos con sus propias imperfecciones."