Estar en la cima del Everest se ha convertido en una especie de rito de iniciación para los alpinistas extremos, que desafían sus pendientes y temperaturas bajo cero en busca de la emoción y la gloria de conquistar el pico más alto del mundo. Para los que viven cerca y consideran el Everest parte de su patria o tierra sagrada, su altura simboliza las perdurables alturas espirituales que se esfuerzan por alcanzar en la vida. A pesar de las duras condiciones, la popularidad entre las almas aventureras no ha dejado de crecer: en un día normal en el Campo Base se pueden encontrar cientos de escaladores de diversos orígenes y nacionalidades. A una altitud tan elevada, el hecho de que se reúna gente tan diversa sirve de recordatorio especial: por muy diferentes que parezcamos en este diminuto planeta, en muchos aspectos todos compartimos una conexión extraordinaria que trasciende las barreras lingüísticas y las divisiones.
La histórica ascensión al Everest el 29 de mayo de 1953 quedará para siempre como una hazaña extraordinaria en los anales de la historia. Dos tenaces alpinistas, Edmund Hillary y Tenzing, unieron sus fuerzas para convertirse en la primera expedición que escaló con éxito el pico más alto del mundo La pareja utilizó la ruta del collado sur para alcanzar la vertiginosa cumbre, que con sus 8.848 metros se había considerado imposible durante siglos antes de su logro. Desde entonces, innumerables escaladores han realizado la ascensión, desde alpinistas experimentados hasta aventureros aficionados lo bastante osados como para emprender esta hazaña épica. Sin embargo, todo empezó con Hillary y Tenzing; su valentía es sin duda digna de ser recordada por las generaciones venideras.
El 8 de mayo de 1978, Reinhold Messner cimentó la historia del alpinismo al convertirse en la primera persona en ascender al Everest sin botella de oxígeno. No fue tarea fácil; Messner ya lo había intentado y fracasado numerosas veces antes de este histórico viaje. Durante la angustiosa ascensión de 14 horas a la cima, Messner se abrió paso lentamente sobre traicioneras formaciones de hielo, poniendo a prueba con cada movimiento sus límites físicos. Messner demostró que es posible alcanzar una ambición tan lejana con habilidad y una fuerte determinación, un testamento de valor humano que sigue inspirando a los aventureros de hoy en día.
El Everest es un pico formidable que pone a prueba a los mejores alpinistas del mundo, pero un alpinista en particular, el sherpa Pemba Dorje, ostenta el increíble récord de la ascensión más rápida. El récord de Dorje, que sólo tardó 8 horas y 10 minutos desde el campamento base hasta la cumbre, ha sido celebrado por toda la comunidad de alpinistas, y algunos atribuyen su logro a la intervención divina de los dioses del Everest. Otros miembros de equipos de escalada de élite han descrito la hazaña de Dorje como una inspiración para las generaciones futuras y una motivación más para seguir superando los límites físicos humanos. Sin embargo, a pesar de estos logros en la escena mundial, sobre todo al escalar el Everest, el sherpa Pemba Dorje sigue siendo un personaje humilde y se le considera una fuente clave de conocimientos culturales entre las comunidades de viajeros locales.
Los scouts de la Asociación de Scouts del Reino Unido hicieron historia en 2007, cuando tres de los suyos lograron una hazaña que muchos consideraron demasiado ambiciosa. Esos tres scouts conquistaron con éxito la cima del monte Everest, y su hazaña fue documentada por un programa de televisión que emitió el acontecimiento. La expedición tuvo un significado especial por ser el centenario de la fundación de la Asociación de Scouts del Reino Unido, lo que la hizo aún más inspiradora y trascendental para todos los implicados. Los valientes aventureros y quienes los dirigían son realmente una inspiración para todas las personas por su valor y sus logros.
Puede que el Everest sea uno de los lugares más bellos y magníficos de la Tierra, pero también alberga una rareza muy extraña: un cadáver utilizado como marcador. El indio Paljor Tsewang pereció allí en 1996 mientras realizaba su ascensión a la montaña, y desde entonces ha servido de sombrío hito conocido como "Botas Verdes" debido al color de su calzado. Muchos montañeros recuerdan haberlo visto por el camino, y algunos suponen que sucumbió a la hipotermia o al agotamiento, atrapado en ese lugar que puede parecer una puerta entre la vida y la muerte. Aunque ciertamente es un pensamiento inquietante, sin duda muchos valientes aventureros aprecian tener un punto fijo en el que anotar sus progresos durante este desafiante viaje.
Es evidente que las expediciones a la cima del Everest no son un compromiso pequeño. No sólo en términos de trabajo, sino también económicamente. Se dice que normalmente hay que desembolsar unos 90.000 euros para acceder a la cima. Esto consiste en el pago de un permiso de 10.000 euros junto con todos los demás gastos de alojamiento y transporte durante el viaje. Para quienes emprendan esta empresa, es importante que tengan en cuenta todos estos costes antes de embarcarse en un viaje tan increíble.
El Everest es el pico más alto del planeta y el máximo desafío para los alpinistas. Por eso, cuando en 2005 se celebró una boda en su cima entre Pem Dorjee, un sherpa, y Moli Mulepati, una sherpani, fue realmente una hazaña asombrosa. La pareja, increíblemente valiente, llegó a la cima del Everest, donde intercambiaron votos durante una pequeña ceremonia celebrada en el aire a 8.000 metros sobre el nivel del mar. Esta ocasión trascendental fue posible gracias al apoyo de unos familiares que se encontraban lejos, en su aldea, y que les bendijeron con oraciones antes de su viaje al Everest. Aunque desde entonces se han celebrado muchas bodas en lo alto de las montañas, esta boda en la cima del Everest será sin duda una de las más especiales, ya que sigue siendo inaudita y extraordinaria.
Escalar el Everest es un esfuerzo enorme, tanto física como económicamente. Con una tasa de permiso de 10.000 euros y otros elementos como el alojamiento y el transporte que suman unos 80.000 euros adicionales, los alpinistas deben ser plenamente conscientes del coste antes de escalar la montaña más alta del mundo. Afortunadamente, existen numerosas formas de ayudar a sufragar los gastos: desde crowdfunding hasta formación para quienes estén dispuestos a trabajar por su sueño. No obstante, es mejor que todos estos gastos se calculen mucho antes de poner un pie en sus empinadas laderas y emprender una expedición a la cumbre.
Aunque nadie sabía con certeza si era posible, Babu Chiri intentó lo imposible cuando hizo un audaz intento de vivac manual en la cumbre del Everest. Instaló su pequeña tienda en la cumbre y acampó allí sin oxígeno artificial a principios de mayo de 1999. Sorprendentemente, permaneció allí más de 21 horas, un récord que aún no se ha batido. Al hacerlo, acercó a la humanidad un paso más a la comprensión de los límites de lo que es posible en las condiciones extremas de la cima del pico más alto del mundo. Aunque los alpinistas modernos pueden tener acceso a más comodidades formales que las que tuvo Chiri en su viaje, su hazaña sigue siendo una inspiración para todos aquellos dispuestos a superar sus límites más allá de lo esperado.